Sólo hay algo en este mundo peor que un pastel de carne molida o “meatloaf”: es uno que sobra para el día siguiente.
Y es que lo que sobra de un pastel de carne molida debería ser re-clasificado en un grupo alimenticio aparte o al menos “deportado” por hacerse pasar por una hamburguesa sin condimentos. Su mera existencia se burla de usted cada vez que abre la puerta del refrigerador, hasta que - finalmente - decide ponerlo en el bote de la basura, rogando no verlo nunca más.
El pastel de carne es, en esencia, el platillo que preparan aquellos quienes han perdido toda esperanza e integridad personal, y que - vergonzosamente - optan por el último truco que les queda en la cocina. El resultado generalmente tiene el mismo sabor. Y frecuentemente va de la mano con expresiones como “te lo comes todo y más vale que te guste” o la clásica “puedes irte a la cama, pero ya lo verás de nuevo en el desayuno”.
Sin embargo, querido lector, no se quede con la impresión de que estamos aquí simplemente para oponernos al meatloaf; más bien queremos llamar la atención a la falta de creatividad asociada con la preparación del platillo en cuestión.
Nos atrevemos a decir que es el mismo cansancio de quien cocina la mayor razón por la cual, tanto el sabor como la consistencia del pastel de carne molida, tiene esta mala fama tan legendaria. Sin mencionar, lo que contribuye su apariencia intacta en el refrigerador días después de haber sido servido por primera vez.
Ahora bien, no pensemos en el meatloaf como el último recurso antes de rendirnos y marcarle al restaurante de entrega a domicilio. ¡Démosle un vistazo a la receta con nuevos ojos! En esta receta, nuestra mezcla para cócteles Tank’s Bloody Mary Mix será un factor crucial; y su meatloaf más nunca hará que sus comensales quieran desaparecer en sus sillas y aparecer en un McDonalds como por arte de magia.
- 2 libras de carne de res, molida
- 1/2 taza de pan rallado
- 1 huevo
- 1 cebolla pequeña, cortada finamente
- Un chile verde o rojo, cortado finamente (no muy picoso)
- 2 cucharadas de ajo en polvo
- 1 cucharada de pimienta negra, molida
- 1 cucharada del sazonador Great American Seasoning
- 1 taza + 1 cucharada de Tank’s Bloody Mary Cocktail Mix
- 1/2 taza de salsa de tomate cátsup
- 1 toque de salsa inglesa Worcestershire
Precaliente el horno a 350 grados F y rocíe ligeramente una bandeja para hornear, tamaño 9x13, con aceite no adherente en spray.
En un tazón pequeño, mezcle bien el pan rallado con una taza de la mezcla de cócteles Tank’s Bloody Mary Cocktail Mix. Déjelo reposar hasta que el pan haya absorbido todo el líquido (de 3 a 4 minutos).
Mientras el pan está absorbiendo nuestra mezcla de cócteles, ¡haga usted lo mismo! ¡Consígase un vaso y sírvase una Bloody Mary,
una como de tamaño familiar! ¡Toda una delicia! Ahora, ¿dónde estábamos?
¡Ah si! En un tazón grande, mezcle la carne molida, el pan rallado ya humedecido, el huevo, la cebolla, el chile rojo o verde, el ajo en polvo, la pimienta molida y el sazonador Great American Seasoning.
Amase todo con las manos y asegúrese de que los ingredientes queden bien mezclados. Coloque la mezcla en la bandeja para hornear y dele forma.
En un tazón pequeño, combine la salsa de tomate cátsup con la cucharadita restante de la mezcla para cocteles Tank’s Bloody Mary Cocktail Mix y el tantito de salsa inglesa Worcestershire. Barnice con esto la parte superior del pastel de carne.
Ahora, la mejor parte de la receta, ¡lance ese meatloaf en el horno y relájese! Su cena estará lista entre 50 y 60 minutos o cuando ya sepa que está bien cocido. Hornee destapado. Sírvalo a sus comensales, que no podrán creer lo que saborean: nada menos y nada más que el sabor de Tank en su pastel de carne!
¡Y sírvase otra Bloody Mary! ¡Pues ahora usted es el gran experto del meatloaf!